Alrededor de un 50% de las diferencias en el rendimiento deportivo entre dos personas se explican por las diferencias genéticas entre ellas, ya que éstas definen características claves como su metabolismo energético o capacidad muscular. Además, las diferencias genéticas también determinan el grado de respuesta a factores ambientales como el entrenamiento o la suplementación nutricional: es la denominada interacción entre el genoma y el ambiente, base de las recomendaciones personalizadas en función de la genómica personal.